Hay láminas que en su proceso se modifican tantas
veces que no cabe duda que el final tocará alguno de los dos extremos, o será
muy muy bueno o será todo lo contrario.
Muchas veces, estas composiciones se convierten en
mis preferidas, como ocurre con el hijo que se porta mal, recibe mas atención y
cuando hace algo bueno la alegría es mucho mayor...
No se si con esta lámina sucederá lo mismo pero lo
que es seguro es que me enamora la composición geométrica inicial que se intuye
tras las veladuras y como los colores que se utilizaron en el principio también
se transforman y se combinan con el plata y el oro de la Segunda
Piel que los envuelve y los vuelve a componer.
Enhorabuena Sara,
ResponderEliminarMe parecen muy interesantes las texturas, muy próximas a la obra abstracta del pintor mexicano Chucho Reyes, cuyos cuadros utilizaba Luis Barragán para potenciar espacios de su arquitectura.
Gracias Jaime por dejar tu enhorabuena, tu opinión y tu buen criterio...
ResponderEliminarMe gusta pensar que hay algo de arquitectónico en la forma de de equilibrar y componer todas estas ideas hechas de texturas, colores...